Los días de crianza son intensos y, a pesar de poner nuestra buena intensión para conseguir un ambiente armonioso en casa, hay días en que las cosas no van como nos gustaría y nuestra jarra de “paciencia” se va vaciando hasta verla vacía del todo.
En esos días mostramos nuestra cara más fea, nuestro ejemplo no nos complace y buscamos ideas que nos ayuden y nos orienten para controlarnos y sacar del cajón herramientas que nos ayuden a conseguir el ambiente familiar que buscamos.
Una de esas caras que suelen explotar y no suele gustarte, es el grito. Una forma de comunicación negativa que no colabora en la conexión con tus hijos e hijas ni contigo misma. Porque haces sentir mal al otro y a ti misma también.
Por eso, en nuestro último evento hemos pedido a Alba Castellví que nos diera algunos trucos para superar “el momento grito” y comunicarnos de una forma más respetuosa y amable.
3 Pasos para educar sin gritar
1) SER CONSCIENTE DE QUE ESO QUE HAGO NO FUNCIONA.
Tenemos dos opciones:
- Podemos escoger seguir acumulando frustración porque aquello que quiero que pase no está pasando y esto hace que al final acabe estallando con un grito.
- O tomar consciencia y darme cuenta de que tras un segundo intento eso no funciona, por lo que paro de hacerlo y busco otra solución antes de acumular frustración.
2) BUSCAR UN LUGAR TRANQUILO Y RECUPERAR LA CALMA
Si no consigo calmarme, aunque tome consciencia de lo que pasa, no conseguiré llevar a cabo la otra estrategia de forma serena y coherente como me gustaría.
Porque la forma en que digo las cosas (mi tono de voz, mi tono físico y gestual) harán que dependa el cómo se recibe lo que transmito.
Por lo tanto, me retiro un momento y respiro 3 veces lenta y profundamente. Mientras inhalo, cuento hasta 5. Esta acción me ayudará a mantener la mente atenta a la cuenta y no se disparará recordando lo sucedido.
Con esta sencilla operación cambiamos nuestro tono, nuestro lenguaje no verbal y ya puedo estar preparada para utilizar la nueva herramienta.
3) ESCOGER UNA NUEVA HERRAMIENTA
Ahora sí podemos pasar a aplicar otra forma de pedir las cosas. Alba nos dio algunos datos interesantes como:
- Agáchate y mantén el contacto visual.
- Háblale mirándole a los ojos y si no te mira, cogele una mano y háblale muy cerca.
- Utiliza frases cortas y precisas.
- Habla en voz baja para que tenga que hacer el esfuerzo de escucharte por lo que te prestará aún más la atención.
- No utilices, en este caso, el “por favor” si lo que quieres es que lo realice ya. El no utilizarlo conlleva a estar transmitiendo una orden y en este sentido hay que estar muy convencido de cuándo utilizarlas para que no se “gasten” y siga funcionando su efecto cuando lo necesitemos.
En nuestro blog encontrarás más herramientas compartidas por otros ponentes que podrás utilizar en estas circunstancias, rebusca en nuestro cajón y guardatelas para cuando las necesites.
Si quieres profundizar en la mirada que tiene Alba sobre este tema, te sugerimos que leas sus libros: “Educar sin gritar” y “Una cesta de cerezas. 7 cuentos para crecer”, para leer con tus hijos e hijas y descubrir herramientas que ayuden a relajar los momentos complicados, como por ejemplo, con una libreta como propone la madre en el cuento del cocodrilo…
Desde aquí te alentamos a que te cuides, a que busques tus momentos de autocuidado donde llenar tu jarra de aquello que necesites y que busques una tribu donde compartir todo aquello que te pasa, porque no estás solo o sola. A muchos de nosotros nos ocurre lo mismo.
Si quieres encontrar momentos así, síguenos y descubrirás los eventos que tenemos próximamente preparados.
A nosotras, solo nos queda dar las gracias a:
- Alba Castellví por la calma que transmite y sus conocimientos,
- Coworking Factory 103 por hacernos sentir tan cómodas en tu espacio,
- Victoria Peñafiel por estas fotos que tan bien ilustran ese momento,
- ApuntBarcelona por ese espacio para los más pequeños tan agradable,
Un abrazo grande,